La Asociación Nacional de Fabricantes de Parquet (ANFP) y la Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera y Mixtas Madera/Aluminio (Asoma) han elaborado y editado conjuntamente el documento “Madera, la solución perfecta al cambio climático”.
Un breve informe, dirigido al prescriptor, al cliente final y a la sociedad en general, mediante el cual remarcan una de las principales virtudes de la madera como material de construcción frente a la amenaza del cambio climático: su capacidad de absorber y retener CO2 durante sus fases de crecimiento y transformación en parquet, perfiles para ventanas y otros muchos productos de madera para la construcción, como son las estructuras de madera para construir edificios, puertas, molduras, escaleras, armarios o muebles, entre otros.
En efecto, como se explica en el citado documento, la madera es el único material constructivo capaz de absorber y almacenar carbono, limpiando el aire mientras el árbol crece. Además, la madera, tanto en su producción como en su transporte y transformación, precisa menos energía que cualquier otro material.
Por un cambio de tendencia
Según un estudio de la Universidad de Yale (Connecticut, EE UU) y Potsdam Institute for Climate Impact Research (PIK), si todos los países empezaran ahora a utilizar la madera como material básico en la construcción, tanto en la edificación como en las infraestructuras, aún se podría mitigar el cambio climático. “Este cambio de tendencia podría dar como resultado la absorción de entre 10 millones de toneladas de carbono por año, en el escenario más bajo, y cerca de 700 millones de toneladas en el escenario más alto”, apuntan.
Y es que cada metro cúbico de madera usada en sustitución de otro material de la construcción reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera en una media de 1,1 t de CO2. “Si añadimos a esto las 0,9 t de CO2 almacenadas en la madera, se ahorra un total de 2t de CO2 emitidas por metro cúbico, por el simple hecho de elegir madera”, añaden.
Según concluyen, este uso de madera ayudaría además a cuidar los montes, evitando su abandono y así reduciendo el riesgo de plagas e incendios.
Fuente: CIC